OPINIÓN
31 de mayo de 2017
SUCESOS ARGENTINOS (por el profesor lic. Carlos Santiago )
El vértigo de los acontecimientos diarios de nuestro país se sucede a una velocidad que en ocasiones no facilita una ajustada evaluación de los mismos.
Hechos que marcan agenda, que hacen historia, suelen quedar olvidados en el torbellino de información que nos invade a diario, impidiendo a veces separar lo importante de lo accesorio. Así, los multitudinarios actos y manifestaciones del mes de Marzo, con reclamos y participantes diversos que sumaron a millones de argentinos en las calles, son indispensables a la hora de cualquier análisis político. Movilizaciones que tienen continuidad en luchas parciales de sindicatos, organizaciones sociales y políticas que día a día sostienen sus reclamos. Que también se expresaron el 10 de Mayo cuando un millón de argentinos ganaron las calles y las plazas del país para oponerse al 2x1, que pretendía llevarse por delante uno de los mayores logros alcanzados por el pueblo argentino, que ya incorporó a la Memoria, Verdad y Justicia como principios inamovibles de nuestra democracia.
Decíamos que la cantidad de noticias diarias dificulta en ocasiones, una valoración adecuada de las mismas. Es por eso que en estas líneas pretendemos subrayar la importancia de aquellas jornadas de Marzo y estas de Mayo. En las primeras se produjo la huida del palco central del triunvirato cegetista, cuando miles de trabajadores le reclamaban una fecha precisa del paro general. Ese día quedó al desnudo como nunca antes, la escasa representatividad de esos dirigentes y hasta la complacencia de la CGT para con el gobierno de Macri. De ahí en más, el triunvirato ha quedado deslegitimado ante el conjunto de los trabajadores argentinos. Algo parecido ocurrió con la Corte Suprema de Justicia cuando pretendió, con el voto de tres de sus integrantes indultar a los genocidas del terrorismo de estado. Pero esto no es todo. Una lectura más profunda de los reclamos mencionados, más allá de las diferencias de sus requerimientos y de sus protagonistas , llevan en su interior la bronca, el descontento y la desaprobación con un estado de cosas que incluye al gobierno que prometió en campaña mejorar la vida de todos nosotros. Es que la creciente desocupación, el aumento de tarifas, alimentos y de todos los servicios, empeoran cada día nuestra calidad de vida. Además, se hace cada vez más visible que nos están gobernando gerentes y empresarios que sólo priorizan sus negocios particulares.
Decíamos antes, la dirigencia sindical cegetista ha perdido toda representatividad y visto como parte de un proceso, eso no es poca cosa. Lo mismo puede decirse de la corporación judicial, que no sólo ha sido interpelada por la ciudadanía, sino que ahora está cuestionada por la propia Naciones Unidas , que reclama desde hace meses la libertad de Milagro Sala.
Queda claro entonces que al compás de los reclamos, de la creciente participación popular en las calles, se va sabiendo quien es quien en este país. El cuestionamiento y el descrédito de los medios de comunicación hegemónicos, de la corporación judicial de la burocracia sindical y del gobierno empresarial, es cada vez más notorio.
Elevando la mirada hacia nuestra región latinoamericana, se observa una semejanza notable en cuanto a las medidas de gobierno de Temer y Macri. Ambos proponen un ajuste en el gasto social, proyectan una reforma laboral regresiva y tienen en carpeta la desfinanciación del sistema previsional y su ulterior privatización. En cuanto a su posicionamiento regional, tanto Macri como Temer cumplen con el mandato del imperio norteamericano, consistente en hostigar y aislar al gobierno constitucional de Venezuela presidido por Nicolás Maduro. En ambos casos y a pesar de las diferencias entre esos países, resulta evidente que estos proyectos de la derecha ajustadora no tienen posibilidad de consolidarse por mucho tiempo. Temer apenas hace un año que gobierna el Brasil envuelto en denuncias de corrupción y con la mayoría del país movilizada pidiendo su renuncia y exigiendo elecciones ya. Macri hace 17 escasos meses que gobierna y enfrenta a miles de argentinos que manifiestan en las calles sus reclamos y sus derechos. En paralelo, su gestión de gobierno pierde adhesiones y hace crecer la disconformidad. Ante la proximidad de los comicios de Octubre, Cambiemos y Macri no tienen ante sí un futuro promisorio. La oposición por su parte, tiene ahora el desafío de captar ese enorme descontento que ya mencionamos e interpretar las necesidades prioritarias de un pueblo que está defendiendo en las calles, sus derechos adquiridos.
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